Qué es el networking y cómo enseñar a los empleados a aplicarlo con éxito
El concepto de “networking” se ha instalado con fuerza en el lenguaje empresarial y aparece con frecuencia en congresos, foros y programas de desarrollo profesional. Pero, más allá de la popularidad del término, es importante comprender en qué consiste y, sobre todo, cómo aplicarlo dentro de la organización para impulsar tanto el crecimiento individual como la competitividad colectiva.
En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre el networking y cómo aplicarlo en tus estrategias formativas para que tus equipos y empleados aprendan a gestionar y ampliar sus redes de forma estratégica.
¿Qué es el networking?
El networking es el proceso continuo de identificar a las personas relevantes para un propósito profesional concreto, establecer contactos, aportar valor y mantener la relación en el tiempo. Se apoya en tres principios:
- Intencionalidad. La red se diseña, no se improvisa. Antes de pedir una reunión, piensa en qué problema compartido puedes ayudar a resolver.
- Reciprocidad. No funciona si solo pides. Comparte recursos, datos, presentaciones o feedback accionable.
- Consistencia. Una red se enfría si no la tocas. Pequeños gestos frecuentes valen más que grandes gestos esporádicos.
¿Qué objetivos tiene el networking?
Los objetivos del networking varían según el rol y el momento profesional, pero suelen concentrarse en:
- Información práctica. Acceso rápido a experiencias y datos que ahorran tiempo y errores.
- Oportunidades. Proyectos, vacantes, partners o proveedores que no se publican en abierto.
- Reputación. Visibilidad como referente en un tema concreto gracias a contribuciones útiles y verificables.
- Influencia interna. Mejor coordinación entre áreas y decisiones más informadas cuando las personas ya se conocen y confían.
- Aprendizaje aplicado. La red como canal para validar hipótesis, probar prototipos o contrastar buenas prácticas antes de escalar.
Tipos de networking
Existen varios tipos de networking. Conoce los más útiles y cuándo activarlos:
- Operativo. Contactos que ayudan a ejecutar tareas del día a día. Recomendado para mejorar tiempo de ciclo y fiabilidad operativa.
- Personal. Personas cercanas fuera del sector que aportan perspectiva y referencias cruzadas. Útil para detectar oportunidades inesperadas.
- Estratégico. Actores clave a medio y largo plazo. Aquí prima el cultivo paciente y la alineación de intereses.
- Digital. Conexiones nacidas en plataformas online, comunidades profesionales o espacios de aprendizaje virtual. Escalable y medible.
- Interno. Relaciones dentro de la empresa, sobre todo entre áreas que rara vez coinciden. Vital para reducir silos y acelerar proyectos transversales.
Lo recomendable es combinar varios tipos. Cada uno cubre necesidades distintas y reduce puntos ciegos.
Errores comunes y cómo evitarlos
A la hora de hacer networking, hay una serie de errores que debes evitar si quieres que la actividad sea provechosa:
- Pedir demasiado pronto. Primero aporta algo tangible.
- Mensajes genéricos. Personaliza con contexto y una pregunta clara.
- Silencio tras el primer intercambio. Agenda recordatorios ligeros para continuar la conversación sin invadir.
- Redes cerradas. Si solo hablas con tu círculo, la información se repite. Introduce perfiles de fuera de tu sector y niveles de responsabilidad distintos.
- Confundir visibilidad con valor. Publicar mucho no equivale a ser útil. Mejor menos, mejor trabajado y verificable.
Cómo aprovechar un LMS para que el networking ocurra
Cuando pensamos en networking solemos imaginar eventos, ferias o cafés profesionales. Sin embargo, hoy gran parte de esas conexiones también suceden en espacios digitales. Y aquí es donde entra en juego un LMS (Learning Management System), es decir, una plataforma de aprendizaje online que utilizan las empresas para organizar y gestionar su formación corporativa.
Un LMS no solo centraliza cursos y materiales, también puede convertirse en un entorno donde los empleados interactúan, colaboran y construyen relaciones que aportan valor más allá de la formación. Para facilitar ese networking dentro de la organización, resulta muy útil incorporar elementos como:
- Perfiles enriquecidos, con información sobre áreas de interés, proyectos en curso y disponibilidad para colaborar.
- Canales temáticos, donde los profesionales puedan compartir hallazgos y resolver dudas sin dispersarse.
- Retos mensuales, con objetivos concretos y reconocimiento interno a quienes aporten las mejores soluciones.
- Plantillas vivas, que ayuden a los empleados a redactar mensajes de contacto, agradecimiento o seguimiento.
- Analítica de interacción, capaz de medir la participación, la reciprocidad y las conexiones entre equipos.
Para que todo esto funcione, el networking debe integrarse con otras iniciativas de la empresa, como:
- Onboarding, que ayude a los nuevos empleados a identificar desde el inicio a las personas clave con las que relacionarse.
- Comunidades de práctica, donde los equipos analicen casos reales y documenten aprendizajes de forma colectiva.
- Programas de mentoring y patrocinio, que establezcan vínculos entre perfiles junior y senior con objetivos claros.
- Revisiones trimestrales, que ajusten los itinerarios formativos y den visibilidad a los logros alcanzados.
La plataforma e-xplicate está diseñada precisamente para orquestar todos estos elementos: formación, interacción y medición. Así, el aprendizaje deja de ser un proceso individual para convertirse en un motor de networking que fortalece tanto a los empleados como a la organización.
Conclusión
Dominar el networking está bien, pero enseñar a aplicarlo con método puede marcar la diferencia en tu empresa. Si consigues integrarlo en tu formación online con métricas y espacios de práctica, tu empresa logrará reducir silos, aprender más rápido y tomar decisiones de manera más ágil.
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